La familia Aragón está relacionada históricamente con el vino y con la tradición de trabajar con los mejores frutos de la zona desde hace muchos años. Aunque la bodega se inauguró en 1994, desde 1970, Amalio Aragón ya empezó a comprar pequeñas parcelas de alta calidad, esperando que en algún momento pudiera cumplir su sueño de convertirse en viticultor.En Quintana de Pidio y Gumiel de Mercado se levantan los viñedos de Cillar de Silos, 48 hectáreas de variedad tinta del país (tempranillo) situadas en laderas y arropadas por bosques La primera cosecha de Cillar de Silos fue la de 1995. Actualmente, tres de los hijos de Amalio se encuentran al frente de la bodega: Roberto Aragón es el gerente, además de ser el responsable de la parte comercial de la Bodega; Óscar Aragón, quien se formó como enólogo y ahora es el director técnico y responsable de la viticultura y elaboración de los vinos de Cillar de Silos; y Amelia Aragón, que se encarga de la exportación alrededor del mundo. En esta Bodega familiar estamos orgullosos de nuestras viñas y de la pasión por la tierra, teniendo una variedad que se sitúa entre las más reputadas del mundo: la tempranillo. La búsqueda de viñas viejas con una continua inversión en el viñedo, es el hecho diferencial de la familia Aragón. No dejamos de lado la apuesta por las nuevas tecnologías y las mejores barricas del mercado para nuestra Bodega, sin olvidar el legado que hemos recibido de las generaciones anteriores. En Cillar de Silos producimos dos gamas de vinos, donde solo utilizamos uva de nuestros propios viñedos:
- Los vinos de Cillar de Silos (Rosado de Silos, Joven de Silos y Cillar de Silos Crianza).
- Los Terruños de Cillar de Silos (Torresilo, Flor de Silos y La Viña de Amalio).
Amalio AragónFundada en 1994 por Amalio Aragón junto a sus hijos, los orígenes se remontan a 1970 cuando el padre comienza a adquirir pequeñas parcelas a viticultores vecinos, con la ilusión de algún día elaborar un vino de Quintana de Pidio. Cuando decide crear su propia bodega la llama Cillar de Silos en homenaje al monje que se encargaba históricamente de la intendencia en el Monasterio de Silos. El cillero, era el encargado de organizar la despensa o cillería, con el vino y los alimentos necesarios para el día a día de los religiosos. Según tradición, el aprovisionamiento de vino para la orden durante el siglo XVII se hacía en Quintana del Pidio. Como testimonio de este hecho histórico que acredita el linaje vitivinícola del pueblo, la familia Aragón García optó por el sonoro nombre de Cillar de Silos para designar sus vinos y bodega. Además, Cillar de Silos cuenta con una bodega subterránea que data de finales del S. XVII. Las condiciones naturales de humedad y temperatura (entre 11,5º y 12º C) son constantes durante todo el año y las idóneas para que los vinos finalicen el proceso de envejecimiento en botella.
Nuestros vinos proceden de las más de 68 hectáreas de viñedo, en propiedad, de la Ribera del Duero, ubicados entre Quintana del Pidio y Gumiel de Mercado, en Burgos. La orografía es más accidentada que en zonas colindantes, con una altitud que va desde los 840 metros a los 900 metros. Son muchas pequeñas parcelas, en su mayoría más pequeñas de una hectárea, con una edad desde 15 años a más de 100 años, con alguna parcela prefiloxérica, porque gracias a los suelos arenosos, la plaga de la filoxera no atacó con la misma virulencia a todas las zonas de la Ribera del Duero y por eso conservamos una mayor cantidad de viñedo viejo. Toda la uva tinta que contamos en la Bodega es tempranillo, con algunos majuelos de uva blanca de la variedad Albillo. Nuestros viñedos están plantados en laderas y arropados por bosques con un excelente drenaje, protegidos de las peligrosas heladas invernales y de los vientos del norte por los bosques que circundan las cepas. La densidad de plantación es de unas 2.800 cepas por hectárea aproximadamente. Entre los trabajos en la viña, destacan las podas en verde y los aclareos de racimos. Los rendimientos oscilan entre 2.500 y 3.500 kilos por hectárea. El área que conforman Quintana del Pidio, La Aguilera y Gumiel de Mercado, es la zona que da vinos más elegantes de la Ribera del Duero gracias a sus suelos muy pobres (predominantemente arenosos) y a su altitud. Contamos con los siguientes tipos de suelos franco-arenosos: con arenas entre un 63 y un 67%; limo entre el 19 y el 23% y arcilla entre el 13 y 16% y también contamos con un sistema radicular muy profundo en busca de agua. El clima es continental extremo, con inviernos duros y veranos calurosos, con una pluviometría moderada-baja, entre 400 y 600 mm anuales. La influencia de los ríos que crean microclimas especiales es enorme. Una de las características que diferencian a nuestra zona es la gran diferencia térmica noche-día que marca la buena acidez de los vinos y su elegante gama de aromas. La vendimia es manual seleccionando los racimos uno a uno.
En Cillar de Silos utilizamos sistemas de vinificación basados en la experiencia que nos ha dado la tradición de esta tierra, nuestro propio trabajo y la técnica. Buscando siempre la mayor calidad en nuestros vinos, los racimos pasan distintos procesos, mesa de selección, encubado, maceración en frío y, dependiendo de la añada, se fermenta en depósitos de acero inoxidable o toneles de roble con intensos remontados. Finalizada la fermentación alcohólica, se procede al descubado del deposito separando el líquido de la pasta formada por los hollejos, completando así el proceso de la fermentación maloláctica en barrica. Durante la crianza en barrica se busca que la madera aporte a nuestros vinos el necesario complemento para que, con el paso del tiempo, adquieran la complejidad y la firmeza que los dotan de personalidad propia. Se evitan así los excesos de madera para mantener el carácter frutal. La calidad del vino depende de forma notable de la buena evolución en la botella. En Cillar de Silos utilizamos corchos naturales de flor y las botellas duermen en nuestros antiguos calados subterráneos, donde las condiciones naturales de humedad y temperatura, entre 11,5º y 12ºC, son constantes durante todo el año y las idóneas para que los vinos alcancen con el transcurrir del tiempo la calidad deseada.