La nueva bodega es una maravilla arquitectónica, una catedral del vino que integra las más avanzadas tecnologías de elaboración y todo el saber de muchas generaciones. En un paisaje de ensueño, abrigado bajo la peña de Etxauri, flanqueado por las sierras del Sarbil y el Perdón, y con el río Arga como delimitador natural, Bodega Otazu ha recuperado un pedazo importante de su historia al retomar el arte de hacer vino. Durante siglos, la vid ha constituido una de las más importantes, cuando no la principal, riquezas agrícolas de las cuencas prepirenaicas navarras, incluida la capital del Reino, Pamplona, antaño importante centro vitivinícola, en donde se calcula que llegó a haber hasta 2.000 labradores que vivían de su cultivo. Ya en los Siglos XV y XVI, los terrenos del Señorío de Otazu se dedicaban al cultivo y elaboración de vinos, como así demuestran los utensilios y las prensas de esa época, que actualmente se conservan en el museo de la Bodega Otazu. En el archivo de Navarra, en la parte dedicada a cocina y régimen alimentario de la corte de Carlos III, los vinos de Eriete y Val de Etxauri, actualmente Otazu, aparecen entre los más destacados. A esta historia de vino y viñedo se suma con peso y entidad la Bodega Otazu. Una antigua bodega, de estilo francés, construida en 1840 en el centro geográfico de la finca, con una capacidad en cubas de madera de roble de 200.000 litros. La Bodega Otazu supuso en aquellos tiempos una revolución al haber separado la bodega del casco urbano. Ciento cincuenta años después, se ha remodelado la bodega existente y se ha construido una nueva que comunica con la anterior. La nueva Bodega, terminada en 1998, yace solemne como las naves de nuestras catedrales, pero con el recogimiento y la penumbra sigilosa de los primitivos monasterios románicos. Nada le falta en la eficacia de las innovaciones.
Todos y cada uno de los granos de uva que son introducidos en Bodega Otazu proceden del viñedo propio que rodea la bodega. 110,12 hectáreas que constituyen la fuente exclusiva para la elaboración de una singular oferta de vinos de gran personalidad. Su orientación norte-sur, permite que los racimos de uva consigan una excelente exposición y distribución. Y la división de finca en parcelas de entre 1 y 5 hectáreas, ayuda a controlar la madurez y el momento óptimo de vendimia. En Bodega Otazu la selección de nuestras variedades constituye un cierto rito iniciático, la primera proposición que convierte a la bodega en un peculiar lugar de culto. Tempranillo, Merlot y Cabernet Sauvignon para tintos; Chardonnay para blancos, y Merlot para rosados, son las variedades por las que apostamos y que han sido plantadas estratégicamente en cada uno de los diferentes suelos y zonas de la finca, teniendo como único objetivo final la selección y el logro del mayor potencial de cada uva. Cabe destacar que hay quince clones de uvas tintas y tres de blancas, buscando que sus características se complementen y aporten una sublime complejidad. Para poder controlar la madurez y recoger la uva en su mejor momento, hemos dividido las 110 hectáreas en treinta parcelas de entre 1 y 5 ha cada una, que se controlan y trabajan independientemente. Dichas parcelas se vendimian por separado, atendiendo al estado y necesidades de cada una de ellas. Nuestras técnicas de cultivo, selección manual, microvinificaciones en barrica, etc., consolidan la calidad de las uvas, la solvencia de una fecunda producción natural que, ya sin pausa y sin prisa, sin detenerse y con paciencia, inicia un esmerado proceso de elaboración. Otro rasgo característico de nuestros viñedos es la presencia de una cubierta vegetal que reduce, de forma natural, hasta un 45 % de la producción de uva, siendo este el primer paso del proceso de selección de la mejor materia prima. Por otro laado, hay que tener en cuenta que la maduración de la uva en Bodega Otazu se produce aproximadamente 15 días más tarde que en el resto de Navarra. Como resultado, disponemos para nuestros vinos de un fruto peculiar, cuyo reflejo no será otro que una personalidad y unas características de gran singularidad.
Las condiciones climatológicas de Otazu son muy similares a las de las tierras vecinas de Burdeos. Se trata de clima continental de influencia atlántica con relevantes lluvias en invierno y primavera, 800 l/m2 al año, y gran luminosidad y horas de sol en verano. Esto hace que sea uno de los climas más adecuados dentro de Europa para el cultivo de la vid, así como para la producción de uva dedicada a obtener vinos de calidad. Las diferencias térmicas durante el día y la noche, pasando de 32ºC a 10ºC respectivamente, contribuyen en el proceso de maduración de la uva a una mayor fijación y complejidad de sus componentes aromáticos.
Al igual que en el manejo del viñedo, en el proceso de elaboración de los vinos de Bodega Otazu cada detalle, es importante para conseguir extraer lo mejor de cada uva en manos del experto. Sin basarnos en normativas, sólo buscamos respetar su esencia y buscar su máximo potencial.
- Vendimia Manual: Una vez determinada la fecha de vendimia de cada parcela, las viñas son vendimiadas a mano y las uvas transportadas en cestas de 12 kg. De esto modo, las uvas llegan en perfecto estado a la bodega para comenzar su proceso de vinificación.
-Selección de los granos: Tras la llegada a la bodega, comienza la selección manual de la uva antes de su procesado a través de una doble mesa de selección, la cual permite que sólo los granos perfectos sigan el recorrido. Así aseguramos que sólo las mejores uvas son utilizadas para nuestros vinos de Pago y alta gama.
-Vinificación: La sala de vinificación cuenta con 32 depósitos de acero inoxidable de diferentes capacidades, donde se realiza la fermentación alcohólica. Unas instalaciones modernas, dotadas de los sistemas más avanzados para un control total del proceso.
- Microvinifaciones: La realización de los vinos tintos y blancos de alta gama se realiza a través de microvinifaciones en barricas de 225 litros. Una técnica que permite la extracción delicada de todos los componentes fenólicos para conseguir vinos suaves y afrutados perfectamente integrados con la madera. Así mismo, este método permite elaborar pequeñas partidas de cada zona y extraer el mayor potencial de cada parcela.
- Crianza en Barricas: Mención especial merece la sala de barricas, conocida como “la catedral de vino”, un espacio subterráneo donde reposan 1500 barricas de roble francés, en una temperatura natural de 16ºC. Las barricas procedentes de las tonelerías más prestigiosas: Darnajou, Saury y Taransaud, permanecen en la bodega únicamente cuatro años, para garantizar la calidad y el respeto a la auténtica protagonista: la uva.
- Envejecimiento en botella: Envejecimiento en botella: Para el último paso de la elaboración, Bodega Otazu cuenta con una sala de envejecimiento donde la temperatura y humedad están controladas y las botellas descasan esperando alcanzar su momento óptimo antes de salir al mercado.